A la hora de realizar el aseo matutino o el diario, un espejo nos permite comprobar si hemos limpiado adecuadamente el rostro, la dentadura, la espalda o los pies. Un buen espejo de baño también puede servir para utilizarlo en maquillaje, en depilación, en la aplicación de cremas faciales o en el afeitado de barba y bigote.
Si se trata de un espejo de grandes dimensiones, mejor. Así no tendrás que ir acercándote al espejo para verte desde distintos ángulos, evitando de este modo que la humedad se apodere de él y acaben saliendo esas feas manchas negras. De esta manera, tendrás un reflejo más amplio, más realista y con mayor definición. Con un espejo grande es fácil verse de cuerpo entero.
Incluso pueden ser utilizados como espejo vestidor. Existen muchas alternativas, de forma rectangular o redonda. Una forma muy común es la rectangular con pie. Además, existen multitud de posibilidades en cuanto a forma de marco y a colorido.